LA VERDAD.

 

Por:             Víctor Manuel Bedoya V.

Observatorio de Paz y Reconciliación.

 

En primer lugar abordamos sobre la verdad, ese derecho a saber lo que paso, esclarecer lo sucedido en sus dos dimensiones personales y sociales a fin de tener las explicaciones necesarias para la elaboración del duelo y en especial para confrontar esta realidad que nos atormenta a diario, en el caso de los familiares de desaparecidos la situación es mas dura.

 

En esta dimensión hay varios tipos de verdad, una la verdad desde el victimario, los argumentos que motivaron a las razones que dieran a los hechos desatados, pero igual existe la verdad desde las victimas, aquella que se queda callada y que es necesario ponerle voz para confrontar con la del agresor y entre todos construir la verdad histórica, aquellas razones sociales, políticas y económicas que originaron la barbarie.

 

Pero al igual que estas verdades enfrentamos la verdad judicial, aquello que los estrados judiciales en sus procesos de investigación, soportan en pruebas y marcan la responsabilidad del victimario es una verdad para establecer responsabilidad jurídica y que no necesariamente aporta en la construcción de una memoria colectiva para que los hechos no se repitan.

 

Cuando se indaga, con la victimas, sobre cual es el camino para la búsqueda de la verdad, estas dicen que es importante establecer el camino, estamos hasta la saciedad de conocer el derecho que tenemos, pero no se establece un mecanismo claro que posibilite llegar a la realización del mismo.

 

En este sentido encontramos en la ley de justicia y paz algunas herramientas que podrían ayudar a ir construyendo el camino hacia la verdad de lo ocurrido, e sun ensayo tímido que requiere de una amplia organización y participación de las victimas, para que ellas se empoderen de este proceso, asuman las herramientas y se construya realmente un camino hacia la verdad histórica que ha vivido nuestro territorio.

 

Desde el marco establecido por la ley de justicia y paz los encontramos que la verdad solo la sabe Dios, en esa medida a donde podríamos llegar es a una serie de explicaciones y establecimiento de verdades humanas donde es importante que las victimas nos unamos para hablar con los autorices de las atrocidades de la guerra a perderle explicaciones obre el porque lo hicieron.

 

Nos encontramos que la verdad en esta instancia normativa se limita a la versión libre que rinde el desmovilizado donde asume la responsabilidad por los actos que voluntariamente confiesa haber cometido en su pertenencia al grupo legal  la comisión que se crea solo es de reparación, sin embargo abre la posibilidad de por otros medios avanzar en la construcción de la verdad histórica y este será el camino a construir desde las victimas al pasar de su estado a ser ciudadanos y actores en la reivindicación del derecho a la verdad.

 

Construir un camino hacia la verdad es un proceso, muchas victimas han sentido que las organizaciones de derechos humanos buscan hacer realidad en ellas el derecho a la verdad y les convierten en testigos, solo que no valoran ese riesgo, servir de testigo es un gran peligro para la vida propia, hay que hablar con las autoridades y se debe tener presente este riesgo para la vida propia, aun que hablar con las autoridades y se debe tener presente este riesgo, por eso el camino que consideramos es de la unidad de las victimas, para buscar llegar a los autores y pedirles explicaciones de lo sucedido para saber la verdad, no es lo mismo un reclamo desde una institución gubernamental, no tiene el mismo sentido a cuando este es de una madre que cuenta la realidad de su hijo asesinado por estos actores y exige explicaciones ante lo sucedido.

 

En esa interlocución con los actores armados las victimas pediríamos en primer lugar el gobierno que se esclarezca como es posible que a las personas asesinadas o victimas, nunca se les dio una oportunidad ahora a ellos si, porque no responden al menos frente a este acto esclareciendo lo sucedido frente a las victimas.

 

Es necesario que exista un compromiso por escrito, serio y responsable de los actores armados comprometidos en un proceso de paz que al momento de esclarecerse la verdad y esta ser confrontada con las victimas no se han de tomar acciones intimidatorios y ellos no tomaran un arma, a la par se solicita al estado protección efectiva a los denunciantes.

 

En esta perspectiva se construye la realidad del acceso a las victimas al derecho a la verdad en un horizonte de reconciliación que permita sanar rencores y cerrar heridas abiertas por la atrocidad y de ser posible, una vez conocida la verdad de lo ocurrido, será de la esfera personal el perdonar.